domingo, 25 de septiembre de 2011

Sustancialmente...AMOR

El amor es un concepto del cual no tiene mucho sentido hablar y en el transcurso de estas líneas te mostraré, siempre desde mi perspectiva, el porqué, de tal afirmación por mi parte. Dicen sostener muchos de quienes conozco que el amor es lo que mueve el mundo. Yo también hubo un tiempo que lo creí, pero cada vez estoy más convencido que es una falacia, un engaño vamos o como sea que cada cual tenga a bien denominar a aquellas cosas que parecen significar algo, pero que en realidad no son lo que deberían ser. Algo así como espejismos conceptuales.
El amor no es lo mismo para todos los seres humanos. Si bien le atribuimos ciertos rasgos que le hacen común a la inmensa mayoría; Belleza, pasión, compromiso, etc. son solo algunas de las figuras mentales que podrían saltarnos cuando se habla de amor, pero aún así, en esencia, ese amor no significaría lo mismo para todo el mundo. Si me refiriera a mi en el ámbito de las relaciones sentimentales,no podría especular sobre lo que quizás, otros u otras que hayan pasado por mi vida, pudieran entender sobre el significado de amar. Sería un ejercicio de cinismo, pues yo mismo en muchas de mis relaciones admito no haber tenido ni idea de lo que significaba amar, a pesar de creer (en aquel entonces) haber amado como correspondía. Pero si hubiese sido así, probablemente no estaría ahora mismo hablando de relaciones en tiempo pasado.
Y quizás en el concepto correspondencia, pueda hallar un hilo desde el que tratar de desenmarañar la compleja y enrevesada madeja de lo que es para mi "eso" de amar .

Como sé que el primer párrafo fue muy fuerte y puede que incluso desestabilizante para ciertas personas, me voy a remitir de nuevo a él para, con la ayuda de la correspondencia, tratar de darles el sentido que yo originalmente pretendía mostrar con esas palabras.

Cuando decía que el amor es un concepto del cual no tiene mucho sentido hablar, no quería decir que el amor no signifique nada importante, sino que es, para mí, mucho más que únicamente un concepto. Es una realidad que todos de una u otra manera hemos vivido, recibido y entregado. Si se toma como eso, hablar sobre el amor puede ser muy edificante, pero si se toca como concepto, entonces hablar es un sin sentido, pues no encontraremos jamás puntos que logren consensuar la concepción que del amor tiene cada ser humano. Y lo único que lograríamos sería añadir más caos al caos de las palabras y llenarlo todo de argumentos defensivos u ofensivos, desperdiciando el tiempo que usamos debatiendo, en detrimento del tiempo que deberíamos dedicar a amar. Y es ahí donde se rompe la correspondencia. No se da lugar a la causa y al efecto. El amor es para amar, no para disertar. Por eso la frase de "el amor es lo que mueve el mundo" considero que es una mentira, de las tantas que nos embuchamos la mayoría a diario, todo sea por que nuestra sinapsis neuronal no se desgaste si nos da por preguntarnos que hay detrás de lo que creemos o damos por cierto. Esto es así, y ya está! Parece ser la opción mas Ockhaniana.

Pues no, mira tú por dónde, para mí no. Para mí el mundo no lo mueve el amor y si estoy errado, entonces es que mi forma de amar es diametralmente opuesta a la de la inmensa mayoría. Lo cual, no sería novedoso según mis antecedentes en la forma de procesar esta realidad que tú, lector, y yo compartimos.

(Aclaración a algunos lectores)

Que si, que se que puede ser complicado seguirme, que soy rebuscado, que podría ser más sencillo expresándome, pero es que no me da la gana. Yo me expreso en momentos como este así y al que no le guste pues que no lea, que hay cientos de miles de sopla memeces a las que dedicar el tiempo.

Pero yo, cuando quiero hablar de algo importante, más allá de los conceptos, como es para mí el amor, prefiero expresarme como me nace, sin reparar en si se podría hacer más comprensible o no. No trato que nadie me comprenda mejor, trato de exponer como vivo y proceso a día de hoy algo vital para mí como es el amor. Y si alguien me lee y encuentra algo, ¡maravilloso! Pero no es mi finalidad hacer yincanas (o jugar el cluedo) cuando escribo, por ello si me lees y no encuentras nada lamento haberte hecho perder el tiempo, puedes dejar de hacerlo aquí mismo. Agradezco que al menos, lo intentaras.

(Fin de la aclaración)

Pensad por un momento en lo que es el amor para vosotros, en la forma que lo dais a vuestros seres queridos, a vuestra familia. No importa que cada uno tenga el concepto que tenga, para lo que pretendo mostraros no hace falta compartir una visión única e irrefutable de lo que es amor.

Ahora con esa imagen fresca, visualizar el mundo en su globalidad, con lo que sabéis mediante las noticias, la prensa, el boca a boca...y respondeos a esta pregunta.
¿Es este mundo en el que vivís el reflejo de lo que para vosotros debería ser un mundo movido por el amor?

Para mí no lo es y es precisamente esa falta de correspondencia entre lo que debería ser y no es, lo que me lleva a afirmar que esta frase no es más que eso...una frase recurrente, algo que nos hace bien creer que es así, pues es mas fácil creerlo que echar los restos y hacer que realmente el mundo lo mueva el amor, empezando por el nuestro.

Preguntándonos el por qué de las guerras, si ninguna madre desearía ver morir a sus hijos en un campo de batalla. El por qué miramos a otro lado cuando las grandes farmacéuticas impiden a los países subdesarrollados (o mejor dicho subyugados y asfixiados en pro de nuestro "atroz" desarrollo primermundista) fabricar los medicamentos para erradicar o controlar las enfermedades que azotan esas regiones desfavorecidas del planeta. Preguntándonos quien sustenta el tráfico de armas, la trata de blancas, el trafico de órganos de niños, el esclavismo en cualquiera de sus formas, el negocio de la heroína y de la cocaína, las guerras preventivas, y una interminable lista de preguntas que nos llevarían a la conclusión de que el amor, en todo esto no tiene demasiado que ver, y aún así, la mayoría de gente sigue diciendo que el amor es lo que mueve este mundo. Pero claro, que van a decir sino. Si se para la rueda que hace el ratón? Y si aquello de lo que el ratón se alimenta dependiese de que la rueda girase? Pues eso...¡a girar la rueda! y que no falte de ná, y lo que sobre pal taxi, como diría el Pepe Rubianes.

Sinceramente, me estoy planteando en este momento si seguir escribiendo o no. Probablemente debería darle a cerrar al wordpad como casi siempre hago y que se perdiera todo esto en el silencio y el tiempo. Pero no quiero, hay algo que quiero decir que hace (o espero que haga) que todo este maremágnum de palabras valga la pena. Es como si girase en el agua de un piscina vaciándose y supiera que para poder llegar al mar necesito irme por el sumidero, pero sabiendo que aún me queda un poco sobre lo que girar para lograr liberarme de mi recipiente, paciencia querido lector.(porque si has leído hasta aquí te mereces que te quiera, aunque sea solo por soportar el envite de mis espantadas).

Trataré de retomar la esencia que me invitó a escribir estas lineas, despreocupándome completamente por si el primer párrafo se entendió o no, y proseguiré con el último de los conceptos versados en él. Los espejismos conceptuales.

Dice la wikipedia que los conceptos son construcciones o imágenes mentales, por medio de las cuales comprendemos las experiencias que emergen de la interacción con nuestro entorno. Así que un espejismo conceptual, vendría a ser aquellas construcciones o imágenes mentales (autogeneradas o impuestas mediante condicionamientos) que en lugar de ayudarnos a comprender nuestras forma de experimentar la vida, adulterasen la realidad, falseando lo creemos que esta es o debería ser y por ende dando lugar a experiencias irreales y carentes de correspondencia con la verdadera realidad.

Quizás me estoy metiendo en camisas de once varas, como diría mi madre, pero creo que no estoy demasiado errado en mis divagaciones. Quizás peco de arrogancia, no sé, pero son tantas las vivencias, encuentros, relaciones, circunstancias que he podido comprobar con el tiempo que no eran lo que en su día creí que eran, hasta el punto de admitir y asumir, que ni tan siquiera yo era entonces lo que creía ser. Lo cual no quiere decir que no fuera real para mí, pero era una realidad desacorde con la realidad más allá de mi percepción de ella. Ósea...un espejismo.

Los espejismos en sus inicios son maravillosos, excitantes y tremendamente motivadores. Principalmente porque vienen precedidos de una carencia vital, ya sea de agua, sombra, protección o alimento y cuando se perciben (o se cree percibirlos) automáticamente hace que nuestro rumbo (de llevarlo), se desvíe y nos encaminemos hacía el espejismo en cuestión. Lógicamente creemos que ese espejismo (un oasis con palmeras por ejemplo, dado que comúnmente al hablar de espejismos nos viene a la mente el desierto) nos proporcionara aquello de lo que carecemos, y aún sabiendo que nos desgastará correr hacía él, lo hacemos encantados, entregando el último aliento, porque al alcanzar la meta deseada (espejismada, diría yo) se suplirán (o eso se cree) las carencias y podremos al fin parar y disfrutar de una tregua/recompensa donde guarecerse y recuperar las fuerzas perdidas en el desierto.

Pero esto es solo al inicio del espejismo, pues cuando ya estamos encaminados a él empezamos a notar que por más que avanzamos y aceleramos el paso, parece que no llegamos nunca. E incluso a momentos, a pesar de ir directos a él, parece difuminarse y hasta moverse en el horizonte, habiendo de rectificar el sentido de nuestra marcha. Haciéndonos dudar hasta el punto de no admitir que el espejismo (que en esos momento no se reconoce como tal, sino como un refugio o placer seguro y veraz alcanzable) se ha movido y llegamos a dar por sentado que nos hemos desviado nosotros sin querer. Todo por no parar un segundo, cerrar los ojos y comprobar si lo que se está siguiendo, si lo que está uno por alcanzar, es algo real o algo irreal nacido de la necesidad.

Probablemente para cuando nos demos cuenta de que era un espejismo ya estaremos demasiado agotados y nuestra necesidad se habrá acrecentado a pasos agigantados yendo en pos de algo a lo que, una vez más, mucho le entregamos y con poco o nada nos correspondió.

Pues bien, sirva esta descripción personal de un espejismo en un desierto, a modo de parábola de lo que nos sucede cuando creemos estar siguiendo algo que es necesario para nosotros pero en realidad no tiene correspondencia con la realidad que nos engloba.

Así, los espejismo conceptuales, nos llevan a creer que el amor (por ser el asunto a tratar, pero la misma reflexión es aplicable a infinidad de conceptos mas) es el motor de nuestra vida, pero nos ocultan que el timón que maneja ese motor está pretendido por muchos y no siempre está en nuestras manos, sino en manos de pensamientos y emociones, creencias y motivaciones, y de quien sea que logre manejar tu barca (tralará) dependerán los pequeños matices que marcarán la diferencia entre llegar a buen puerto o acabar escorado en las playas de la desilusión, por no hablar de calas peores, que de haberlas ailas.

Por eso, quizás, la mejor manera de evitar esos reveses de la vida sea viviendo el amor , en vez de tan solo conceptuarlo. Parar un instante y cerrar los ojos para preguntarnos ¿Que es para mí el amor? ¿Qué parte de mi vida denota ese amor?¿Cómo puedo lograr que ese amor trascienda el pensamiento y se transforme en movimiento y acción?
Hablar de amor es tiempo perdido si se compara con las ganancias que se obtienen de invertir el tiempo en amar. Amar sin palabras, sin demostraciones oportunistas y públicas, sino con gestos cotidianos y privados. Amar con decisión, pues además de un sentimiento, una emoción o una pasión, amar es un postulado unipersonal pero con una repercusión global y humanitaria. Porqué si decides amar, esa decisión te lleva irremediablemente a conocer. Pues amar no es una decisión que se sustente en base a dogmas, el amar requiere conocimiento. Pero no me refiero a información de control ni tampoco de tipo sapiencial. El conocimiento al que me refiero es el que te lleva a comprender, respetar, aceptar y potenciar las formas de amar de los demás. Pues ya los griegos decían algo parecido a esto < Odian porque no conocen, si conocieran no odiarían> Así pues, si el desconocimiento invita al odio, el conocimiento invita al amor. Conocerte a ti, básico y elemental para cualquier empresa enfocada al éxito. Conocer el medio en el que vives, subsistes y englobas como individuo social. Conocer a las personas con las que vives, trabajas, te relacionas. Todo ello te llevará a amar...Amarte a ti, Amar a la naturaleza, a tus circunstancias, amar a los que te rodean, a los que quieren tu bien e incluso, con el tiempo, también a los que quieren tu mal.

Y es que el amor es una semilla de crecimiento exponencial e indeterminado. Se podrá saber cómo dejar de amar, pero jamás se sabrá cuanto se es capaz de hacer por amor. El Odio, la incomprensión, el egoísmo enfermizo de gran parte de esta sociedad ha llevado a miles de millones a la muerte a lo largo de "nuestra" historia. Pero el amor experiencial, el vivido, el que se usa a diario, ese es el único que realmente puede mover este mundo en sentido contrario al que nos tienen acostumbrados. Pero para ello, cada uno, sin importar sus conceptos, sus creencias, sus tradiciones ha de aceptar que el amor no solo es cosa de enamorados, o de padres e hijos, de los defensores de los animales o de deidades superiores o sus séquitos de iluminados. Que el amor debe ser un acto diario de decisión y compromiso para con nosotros mismos y nuestros semejantes, para dejar de conformarnos con frases hechas o supuestos inculcados y poner fin a la desgastante búsqueda del amor, permitiendo que sea el amor el que salga a nuestro encuentro en cada uno de nuestros pasos, incluso en el mas nimio e imperceptible de nuestros actos.

Y en ese encuentro diario, en ese caminar, siendo en vez de buscando, descubrir el verdadero valor del conocimiento al que nos lleva el amor. Que no es proporcionar sabiduría ni gloria, ni mucho menos poder. Lo que hace verdaderamente valioso el conocimiento, es que cuanto más conocemos, mas hay en nuestra vida sobre lo que proyectar amor. Cada área nueva, cada región sin explorar se transforma en nuevos campos de aplicación para el amor, mediante los cuales tratar de corresponder al milagro de la vida, sacando todo el partido de la experiencia , que es (o debería ser) existir siendo, compartiendo y recibiendo AMOR…en toda su magnitud y con todas sus consecuencias.




Así lo percibo y es como lo trato de gestionar en mi vida a día de hoy.

Un sincero abrazo y una amplia sonrisa.

Si leíste hasta aquí...gracias por la compañía.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Vuelo de esperanza



No era, hasta ese momento, el mejor de mis días. Estaba asomado a la ventana, sencillamente observando, como tantas otras veces. El otoño parecía anunciarse en el sonido del viento, que a rachas, traía consigo el frescor que tanto echamos en falta en verano.
De repente la vida añade una pincelada más de color al paisaje ante mis ojos. Una preciosa y gran mariposa amarilla con manchas negras. Magnifica! Me imbuyo en su errático vuelo, jamás me pude resistir a su enigmática danza, frágil y despistada.
Me embeleso, como nunca antes, en su ajetreo de flor en flor, de planta en planta, buscando, encontrando, libando y portando vida por doquier.
De pronto me veo inmerso en pensamientos que no me son familiares, como si por un extraño designio, fuera capaz de captar lo que pensaba la mariposa. Siento sus ciclos, su recorrido hasta ese preciso momento. Percibo la oscuridad de su vida, su luz, su esfuerzo por volar, su pasión al lograrlo.
Y ahí está ella, revoloteando frente a mi, llenándome de un sentido y una paz mas allá del significado de las palabras. Disipando la angustia que me embargaba minutos antes, aflojando la tensión que en ocasiones genera la vida. Sintiendo el calor benigno del sol, el frescor de la brisa, olvidándome de todo, de todos, incluso de esa llamada que hace horas espero de un compañero y que decidirá si conservo mi puesto de trabajo o termino en las filas del paro.
Los segundos se dilatan, se expanden mezclándose con el espacio, ya no se si soy yo o la mariposa, quizás sea al viento, sin duda soy parte del sol.
Allí, encaramado a la ventana como un niño, pienso si esa mariposa no será Di's. Y le pido, caprichoso, que vuele hasta mi a modo de señal, que me deje observar de cerca la preciosa mariposa. De repente un golpe de viento se la lleva lejos de mi ventana, parece que la pierdo entre las plantas del campo de enfrente. En el interior de la habitación suena el timbre de mi teléfono y yo entro de sopetón en la realidad, mi corazón late muy deprisa, me aproximo al teléfono y respondo, es mi compañero.

Oye ...(silencio)...lamento tener que comunicarte
Un segundo por favor, le interrumpo.
Se hace un silencio...
Estás ahí?
Si, perdona, ¿que me decías?
Te decía que lamento comunicarte...
Sabe qué? ,le interrumpo de nuevo.
Qué?, responde algo confundido
Que no lamentes nada, la mariposa acaba de entrar por mi ventana...
Como dices?
Luego te llamo.
Corto la llamada y caigo al suelo llorando de felicidad...

Sobre mí, la mariposa parece escribir en el aire,
< ...no te dejaré ni te desampararé....>
justo antes de salir de nuevo a su realidad...al otro lado de la ventana.


sábado, 17 de septiembre de 2011

En óptimas relaciones.

En óptimas relaciones.

Ahora, así a bote pronto, me viene la definición de optimizar, como hacer los ajustes pertinentes para que el rendimiento de algo o alguien sea el esperado en relación a las capacidades funcionales para las que fue concebido. No tengo ni idea de si esta será la definición del diccionario, lo dudo, pero aún así a mi me sirve. Y aunque tengo el Internet y una Sopena de 11 volúmenes frente a mi, se suma mi pereza con mi falta de necesidad de contrastar si es así o si es asá.
Y de eso se trata, no de hacerlo en menos tiempo o mejor que nadie, sino en hacerlo a su tiempo y justo como lo haríamos nosotros. Toda esta reflexión nace en mi a raíz de un pensamiento en el ámbito de las relaciones humanas. Pensaba en la forma en que interactuamos con nuestro entorno mas allegado. Me refiero a las personas que importan. Básicamente puntualizo eso, porque enfrascarme ahora en las interacciones posibles entre todas las personas que se cruzan en nuestra vida , sería algo que escaparía de mis posibilidades, de vuestro tiempo y del sentir que me llevó a escribir esto.
Así que acotado el terreno, procederé con mi reflexión.
Pensaba lo importante de esforzarse en optimizar nuestras relaciones, las mas cercanas o sustanciales para la estabilidad de cada uno. Familiares, parejas, amantes y amigos ocupan una parte importante de nuestro espacio vital, bien sea con su presencia, o su espacio entre nuestros pensamientos o quizás por la convivencia, deseada o no. Forman parte de nuestra experiencia de vida. Y en función de nuestra relación con ellos se verá condicionada irremediablemente, de manera positiva o negativa, nuestra forma de disfrutar de nuestra existencia. Esto es serio señoras y señores, no es moco de pavo. Significa que una parte de nuestra vida que no controlamos (pues no se debe controlar ni a familiares, parejas o amigos, eh?) es responsable de la forma en que nuestra vida sucede. Ey! Merece atención esto. Porque cuanto mejor sean nuestras relaciones mejor serán las expectativas de que el resto de nuestra vida en su conjunto sea mejor. ¿Y quien no quiere eso? Y dejando las reencarnaciones de lado, si tenemos el regalo de la existencia ¿Cómo no intentar vivirla de la mejor manera posible? Bien, llegados aquí deberíamos hablar de conveniencias, necesidades, preferencias, entre otras áreas mas, pues son partes importantes del proceso evolutivo y de adaptación al medio que todos experimentamos.
Cuando nacemos, nuestros padres o cuidadores procuran darnos aquello que mas nos conviene, cubrir nuestras necesidades, descubrir nuestras preferencias y tantas y tan variadas cosas más. Se nos cría en cunas con barrotes, porque es conveniente para nosotros por si nos girarnos no caernos al suelo, o más adelante escapar a gatas a media noche a la cama de los padres. Nos cambian los pañales y nos ponen polvos de talco, nos abrigan y alimentan, todo debido a nuestra incapacidad para comunicarnos, sumada a la imposibilidad de hacerlo por nosotros mismos.
Pero luego crecemos, y nuestra personalidad va destilando apuntes de lo que serán nuestras preferencias, nuestras necesidades y nuestras conveniencias futuras, que obviamente en unos se desarrollarán a mas o menos, transformándose bajo el vuelo de los condicionamientos, bien sean familiares y/o culturales, eso sin contar con los políticos, deportivos , publicitarios e infinidad as, a los que nos vemos sujetos a lo largo de la vida.
Y llega ese momento en el que uno ya es adulto, o lo empieza a paladear, y se da cuenta que las necesidades y conveniencias que cubría la familia empiezan a ceder espacio a las relaciones que giran en torno a si mismos, sus amigos, sus amistades , sus ligues o compañeros de trabajo, sin dejar de lado a la familia, en unos casos o si en otros, según cada persona y la suma de sus experiencias vividas en su núcleo familiar.


Si el extremo fuera el negativo en esas nuevas relaciones durante mucho tiempo, un persona normal se vería sometida a un gran estrés, dedicaría parte de su energía mental en preguntarse el por qué todo le va como va, en como es que nadie le entiende, en justificar su soledad con el argumento de la incomprensión. Pero ese tiempo invertido, esos momentos que ademas de amargos nos dejan marca, ¿son momentos que reflejan la forma en que un día proyectamos vivir la vida? Creo que no, que de niño nadie se visualizó en el futuro estando amargado, sintiéndose rechazado por los demás, abocado a una soledad auto-impuesta que en muchos casos termina siendo amante, confidente y compañera. Claro que esto sería en el extremo negativo. Y aunque podría ahora entretenerme en pintar el halagüeño boceto del extremo positivo, no lo haré. Pero si dejaré claro que a lo largo de la vida se va de uno a otro extremo, solo que unos lo hacen con distinta frecuencia e intensidad que otros. Pero ¡Ay del inmutable! se quedó atorado en el tiempo como los hombres de traje gris de la obra de Ende,Momo.

Pero dejaré de lado los distintos escenarios posibles y así cada uno se sienta cómodo sin importar el que le tocó vivir. Lo importante es el ahora, no el ayer, que siendo importante, no lo es más que el instante presente, pues desde él puedes llegar a cualquier mañana que puedas imaginar. Si, lo admito, es una afirmación muy pretenciosa, pero creo firmemente en que así puede llegar a ser. Y digo puede, porque aquí no hay reglas de tres ni recetas infalibles. Tratemos el ahora como un elemento ajeno a nosotros, imaginémoslo como un tiempo no influenciado por nuestras limitaciones ni empañado por nuestros errores , ni ensalzado por nuestros logros, ni reconocido por nuestro entorno. Algo puro, renovado continuamente, para que nunca falte un solo instante para alguien que deseé transformar su vida en ese momento. Subirse a un momento. Vacío, sin importar lo que se fue, sin importar lo que se sabe, lo que se tiene, y ser uno con ese momento de tu vida. Y dejar que de alguna manera te transforme en base a tu potencialidad y no en base a tu historia o tu bagaje. Unos dirán , Que bien suena! Otros dirán, Bah! Bonito, pero una quimera. Y ambos tendrían razón a medias, ni es tan bonito como parece ni irrealizable hasta el punto de no valer la pena intentarlo. Vale la pena, es una forma diferente de experimentar la vida, pero también requiere mucha voluntad. Voluntad para no sucumbir a la atracción que ejerce la antigua forma de entender la vida, voluntad para no ceder al engaño de que no existió nuestro pasado y que no tenemos parte ni responsabilidad con él, voluntad para no dejarse llevar por la sensación de poseer poderes extraordinarios al margen del curso de la realidad. ¡Esto no es una reflexión sobre humanos trasformándose en super héroes! ¡No es una carta blanca para repetir la suma de nuestros errores como si jamás los hubiésemos cometido! ¡No es un llamamiento a despertar de ningún Matrix! Es simplemente una reflexión de alguien que durante muchos años a saboreado la soledad buscada y sufrido la impuesta, alguien que ha abrazado creencias inamovibles al tiempo que logrado soltar los amarres de ignorancia que le unían al muelle de la inconsciencia.


Se puede lograr convertir esos espacios de tiempo negativo, empañante, distractor y frustrante de nuestra energía mental, en una espacio nuevo donde cultivar otra energía, más vivificante, renovadora, misteriosa y motivadora de lo que jamás hemos sentido la inmensa mayoría de la humanidad. No es cuestión de credos, ni de leyes, ni de sexos ni de poder. Es una cuestión de decisión, de profunda introspección, a fin de tratar de comprender qué de verdad nos conviene, qué necesitamos y qué es lo que preferimos tomar de la vida con todo su potencial y repercusión.
Ahora pienso en mi adolescencia, en mis primeros amores y en los de tantísimos otros como yo. Aquellos primeros meses o años según el caso, en el que todo era perfecto, idílico, romántico, lleno de señales y que el tiempo en mayor o menor medida, se encargaba de mostrar qué, a pesar de lo vivido, no se estaba hecho el uno para el otro y se produce la ruptura , o la separación. Otras veces comienza con un distanciamiento, un enfriamiento de la relación, porque se dejan de hacer cosas que se hacían, o se comienzan hacer otras nuevas que no causan precisamente pasión en la pareja. Parece que llega un momento en que se disipa la mágica niebla del amor ciego y quedan al descubierto áreas, que a pesar de haber estado siempre ahí, pasaron desapercibidas. Y en la búsqueda de parches, remiendos y otras formas de pasar página unos optan por el olvido, por la suplantación, por las nuevas sensaciones, hasta que , una de dos, terminé por dar con alguien que le es afín y complementario, o acabar renegando de sus emociones y relegando su necesidad de cariño al mero hecho de suplir sus necesidades fisiológicas con otros seres , probablemente, igual de frustrados o insatisfechos que él. Pero la mayoría de veces que una pareja termina es simplemente porque el amor de ambos no daba para más, aunque algunas veces terminan por falta de ganas de uno.Pero siendo sincero, creo que no es el hecho de la unión el que dé fe de una autentica relación. Los hay complacidos con sus relaciones los hay conformados y también resignados , amargados y hastiados, mas a muchos se les puede ver en la calle tomados de la mano, compartiendo el pan que le lazan a los patos o empujando un carrito de bebé.
Las apariencias engañan y nadie mejor que uno sabe como es su vida, sus relaciones y su forma de afrontarlas. Yo solo doy pinceladas de las mías, y trato de ver el collage de muchas otras que he vivido u observado de cerca. No es fácil en todo caso y pido disculpas si en algo me excedo o no trato algún tema con el tacto necesario. Quéjense a mi editor.;)


Todo esto en cuanto a las parejas, pero ¿y en cuanto a los amigos?
Eso ya es otro cantar, los amigos funcionan de forma diferente a las parejas, aunque una buena amistad de comienzo es el más firme aval para una sana y duradera relación de pareja. Las parejas se suplen necesidades como el cariño, el sexo, la confianza, la falta de sexo, el respeto y algo sexo , entre otras cosas más, parte de ellas sexuales. Si amigos, el sexo, no importa si mucho o poco, todos lo tenemos, bien con alguien o bien pensando en alguien. Y el que no lo haga pues que quiere que le diga, que cada palo aguante su vela. Es una necesidad fisiológica que tiene bajo su poder e influencia muchos sistemas de nuestra vida, sirve como instinto primario de perpetuación de la especie, de desahogo mental y físico, influye en el carácter, en las capacidades físicas, en la voz y el cutis, en fin, que no sólo es el hecho en si de la copula, sino de todo lo que rodea el ámbito mental, social y cultural del acto sexual en se y per se, como diría Pepe Rubianes.
Pero los amigos no "suelen" tener esos intercambios, en cambio, si proporcionan o deberían proporcionar, una fuente muy constante y fiable de cariño, aceptación, motivación, enseñanza, diversión y compañía a nuestra experiencia de vivir. Un amigo debería poder ser alguien digno de confianza, que jamás tratase de imponer su bienestar al tuyo en nombre de la amistad, que nos hicieran sentir aceptación, que nos ayudara en el proceso de ser mejores personas. Y aquí, llegados a este punto, es donde radica la necesidad de optimizar. Pues los amigos no son clones ni replicas, no han de pensar como nosotros, ni compartir los gustos, ni entender las cosas de igual manera que uno. Eso no se le puede pedir a un amigo sin tener en cuenta que cada uno es en sí un mundo. Que puede haber mucho en común, y aún así tarde o temprano se encontraran las diferencias. Y es llegadas a ese punto donde las amistades se fraguan y se hacen fuertes. Momentos de desencuentro, de fricción, de prueba también pueden ser propicios para el aprendizaje y la re-afirmación de las relaciones. En esos instantes en que el ego, o las circunstancias nos llevan a tener un desaire con un amigo, un enfado, un encontronazo o incluso una discusión. Y es en ese punto donde se marcará la diferencia entre quienes hayan optimizado sus recursos en torno a sus amigos y los que no. Los primeros pronto encontrarán cauces que lleven a la creación de renovados marcos para la relación, descubriendo otros puntos en común, aceptarán el criterio ajeno en aquellas partes que sea posible y respetará aquellas otras en las que no esté de acuerdo. Con ello lograrán hacer que su relación se torne indivisible ante el paso del tiempo y las circunstancias.
Los que no, en cambio, verán su relación dañada, sufrirán en balde y si no logran poner remedio a tiempo, pueden pasar a sentir esa relación como ajena o perdida y llegar el enfado interior o la rabia por no tener ya aquella amistad tan bonita. Pudiendo, en el peor de los casos, verse irremediablemente dañada la relación para siempre. ¿Que triste no? No se si lo habréis vivido, pero es tremendamente duro y descorazonador. Tanto o más como lo puede llegar a ser una bonita relación de pareja que termina rota.
Por eso, tomar conciencia de nuestras relaciones, tratar de poner en su lugar y en su correcta relación nuestras necesidades, conveniencias y preferencias con las de aquellos que nos importan. Usando la asertividad, la confianza, el dialogo, como vehículos de cohesión y comprensión, dejando a un lado las pataletas, los histrionismos, la manipulación emocional, el chantaje de favores y arremangándose para ponerse manos a la obra en el noble arte de optimizar nuestras relaciones. Pues no olvidemos que de ellas dependerá en gran parte el computo total de satisfacciones o frustraciones que jalonarán nuestra experiencia vital.


Que ustedes se optimicen bien.


Reflexiones personales compartidas sin animo de enseñar ni de sentar cátedra.Sencillamente tratando de plasmar en el vehículo de las palabras el sentir de un corazón entre tantos.

Víctor de Tola.

Publicado originalmente en abril del 2010
por Percepciones de la Realidad.

Derechos registrados.
Safe Creative #1104189003285

Fotos tomadas de:
http://www.blogodisea.com/
http://mediateca.educa.madrid.org/
Banco de imágenes del CNICE
http://catalaneta.espacioblog.com/
http://bomberoesmipasion.blogspot.com/

Llamando Te

Ven

acurrúcate en mi pecho

siente el latido calmo

que ahuyenta todos los miedos

¿Lo percibes?

Sencillo, afín, amigo...

es un latido con tempo

un pulso cálido

recorriéndote por dentro

Ven

déjame mirar tus ojos

tomar en mi mano tus lagrimas

avivar con mi soplo tu aliento

Ven

no rehuyas de mis besos

pues nada mas allá pretenden

que nacer en labios sinceros

Ven

no te alejes

soy la voz de tus adentros

llamándote en todo tiempo

Ven

déjate llevar por el momento

soy la vida que te guarda

soy el fin de tus fronteras

...la antesala de lo eterno.


27/09/10 V. de Tola

martes, 13 de septiembre de 2011

Conversializando...Me



Me gustaría poder decir que el camino hasta aquí fue bajo mis pies como una alfombra de pétalos de rosa. Me gustaría quizás pensar que todo fue extremadamente duro y que si estoy aquí es porque en mi habita algo sobrehumano. Pero no puedo, no faltaré a la verdad en pos de mis preferencias. El camino hasta aquí fue lo que fue, y tal como fue lo admito, lo acepto y lo sigo y seguiré recorriendo hasta que acabe el sendero o revienten mi pies.
No soy el mejor ni el peor ni tampoco del montón, en relación a alguien puedo no ser nada, en relación a mi ... no puedo evitar serlo todo. Me nutro de cada universo que compone el camino. Aprendo de las piedras en mi calzado, de las llagas de mis pies y del rocío de la mañana sobre la yerba cuando en ella hundo mis desnudez. Es todo cuanto necesito lo que hallo en cada momento, la lagrima, el beso, la caricia y el azote, la traición y el abrazo. Ninguno es amigo, tampoco enemigo. Son lo que soy yo, vehículos. Portadores de mensaje, de sentido y de vida. Engranajes de una inmensa maquinaria universal que enmarañamos con significados pero de la que no alcanzamos a alterar su esencia Primigenia. El origen no se percibe, tan solo la sensación de final. Sin final no hay origen, ni renacer, ni vida. Pero no hay finales sin más, sino cambios de experiencia, de percepción, de asimilación, que concatenan finales y origenes proyectando nuestras conciencias, una vez mas, al inabarcable tranfinito sin origen...ni final, orden o dualidad.
Aquí estoy, sentado frente a una maquina que registra los impulsos de una tecla, que a su vez es impulsada por un dedo, que encuentra su impulso en mi sistema muscular y nervioso, que recibe su impulso de esta mente haciendo de escriba de estos pensamientos , hasta ahora incircunscritos, que mi conciencia impulsa entre los latidos de mi corazón.
Y mi corazón, por alusiones, le pide audiencia a la tenaz escriba para dejar constancia de su opinión, ella le insta a que sea escueto y racional. Él parece guardar un desacostumbrado silencio entre latidos, y finalmente dice...Yo no se porque estoy aquí, ni me lo he planteado una sola vez, pero una cosa tengo clara, todo lo que tu pienses, sientas, creas o escribas...depende, si o si...de mis ganas de latir.

No se cuanto más latirá mi corazón, pero creo saber una cosa, que cuando llegué el día cada uno de mis latidos habrá merecido la pena.Siempre amé porque siempre fui amado y la prueba de ello...en este instante...¡ Mi vida !


No encuentro mayor sentido que ese para agradecer este día y anhelar el siguiente...





sábado, 10 de septiembre de 2011

El ciclo.


Todo estaba oscuro, no entendía nada.
Hacia poco tiempo todo era verde de vida, lleno de colores, matices, esencias, mas ahora, ahora solo hay penumbras y frío. Uff, este frío húmedo, que se mete en mi ser calándome hasta lo mas hondo.
Extraño la luz del sol, es lo primero que recuerdo agradable.Antes tan solo algunos recuerdos,sobre lentos fluidos, estrecheces, duros ascensos, luego apertura, calor , luz y sol. Parece tan lejano el recuerdo, pero juraría que fue ayer. Es difícil de entender, primero sopló una brisa suave que todo lo movía a mi alrededor, luego sentí que me desprendían de lo que fue mi vida hasta ese preciso momento y vi transportarme al viento en sus brazos, alejándome de lo que conocía.
Hubo un momento que caí, no estaba solo, a muchos el viento nos arrebató sin avisar. Algunos se secaron en el viaje, no lo soportaron, otros vieron sus entrañas devoradas por las aves. A mi sencillamente me pisaron sin contemplaciones,hundiéndome en la tierra. Cegando y aprisionando mi experiencia de vida entre piedras, fango y oscuridad.
No recuerdo cuando sucedió pero reventé, no pude contener lo que había en mi interior y me revelé hacía lo que no podía tener, hundiéndome con todas mis fuerzas en la masa que me aprisionaba, desplace piedras, tierra, lodo y allí me hice fuerte en mi oscuridad. Aislado, imperceptible, confuso y sin destino. Era peor la incomprensión de mi propia experiencia que las circunstancias a mi alrededor. Hasta que un día , tras un paulatino y profundo proceso de transformación me sentí diferente, preparado para afrontar lo que hubiera de venir. Sentí mis ganas de ser firmemente asentadas, ya no temía al viento atroz ni a las aves devoradoras, quería de nuevo ver el sol, sentir su calor, su fuerza, contribuir al verde de la naturaleza y al color de la vida.
Y de nuevo sentí ese fluir, denso, lento, de imparable ascenso en busca de la calidez de la superficie. Y logré emerger, traspasar la piedra, el barro y al fin ser libre de la oscuridad. Y al hacerlo entendí de pronto..., la incomprensión se tornó sentido, todo tenía un por qué,... el fluir, el sol, el viento arrebatador, los pisotones, el barro, la humedad, el motivo por el que se derramó mi interior, mi lucha por hundirme más en la tierra...Todo cobró sentido de repente.
Nací del verde, vi la luz siendo el color de una flor, el viento me llevo en forma de semilla que después fue pisoteada por algún animal, se pudrió debido a la humedad de la tierra , germinó, enraizó y ahora estaba brotando una fuerte planta de bellas flores en tierra desconocida. Y descubrí al mirar afuera muchas flores y plantas bajo un inmenso cielo azul. Pero también descubrí, que en aquel lugar alejado donde mi simiente había llegado a lomos del viento, todavía no existía planta alguna ni de flor semejante a aquella en la que yo, al fin, me había convertido.

Todo tiene un sentido aunque no se comprenda al momento, todo cambia, transmuta y se interrelaciona con y en todo, pero algo es igual y nos es a todos común, el marco de la vida y recalco marco, pues el lienzo somos nosotros y los colores son nuestras experiencias.
En nosotros está la semilla que puede transformar nuestra conciencia en ese artista que plasme colores, formas y esencias únicas e irrepetibles.Pues nosotros somos a fin de cuentas los que damos sentido y belleza a la experiencia, única y maravillosa de vivir, al Ser uno mismo en todo tiempo sin dejar de ser parte sustancial de la experiencia de todos.
Víctor de Tola '11

GRACIAS SINCERAS A TODOS POR CONTRIBUIR A MEJORAR MI EXPERIENCIA EN EL IMPARABLE CICLO DE LA VIDA.

Publicado en el perfil de facebook de Víctor de Tola el 3 de enero del 2011.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Ser sin contrapartida.


Desinteresadamente parece cosa de idiotas, entre los cuales tengo a bien hallarme. Parece que en todo ha de haber un interés, un beneficio, una contrapartida. Será que prima el asunto del karma o la reciprocidad está en auge, pero parecen cada vez menos los que se dignan hacer algo simplemente porque pueden,se les da bien, es oportuno u otro lo necesita en ese momento pero no tiene nada a priori que ofrecer a cambio. Y para acabar de confundir tenemos a los que en apariencia hacen las cosas sin más, pero se guardan cada gesto altruista en la recamara para, a la primera de cambio de su conveniencia o inconveniencia, soltar un tiro a quemarropa de esos que se disparan con la pólvora del echar en cara y el fulminante del reproche.

Y digo yo, ¿que nos pide el sol a cambio de su calor, de su vida? ¿Que pide la naturaleza a cambio del agua y el aire que nos dispensa día a día? ¿Que pide la vegetación por alimentarnos, por purificar nuestro aire viciado, por alimentar nuestras cabezas de ganado? ¿Y los miles de animales que perecen para saciar nuestra carnívora voracidad? Creo que demandan poco, y jamás echan en cara nada, tan solo reclaman una conciencia mínima de su existencia, de sus necesidades mínimas para mantener el equilibrio. ¿Pero lo reciben? ¿de todos nosotros? obviamente no, lo cual produce desequilibrios en todo el planeta, de los cuales algunos alegremente culpan a dios o se justifican hablando del cambio climático, otros simplemente pasan de todo metiendo la cabeza en su agujero.

Pero cuando los desajustes son internos, cuando es nuestro interior el que está contaminado, cuando es nuestra conciencia la que apenas distingue su realidad exterior e interior...entonces....¿A quien vamos a culpar?¿A quien vamos a pedir explicaciones?
Son preguntas de las que no espero ni deseo respuesta por parte de nadie, en todo caso mi responsabilidad es respondermelas yo,y seguir entregando lo mas autentico sin esperar algo a cambio. Pues lo mas valioso que tengo que es la vida, a día de hoy jamás me ha pasado la factura ni me ha echado en cara todo lo que a diario hace por mi.

Un saludo.