sábado, 17 de septiembre de 2011

En óptimas relaciones.

En óptimas relaciones.

Ahora, así a bote pronto, me viene la definición de optimizar, como hacer los ajustes pertinentes para que el rendimiento de algo o alguien sea el esperado en relación a las capacidades funcionales para las que fue concebido. No tengo ni idea de si esta será la definición del diccionario, lo dudo, pero aún así a mi me sirve. Y aunque tengo el Internet y una Sopena de 11 volúmenes frente a mi, se suma mi pereza con mi falta de necesidad de contrastar si es así o si es asá.
Y de eso se trata, no de hacerlo en menos tiempo o mejor que nadie, sino en hacerlo a su tiempo y justo como lo haríamos nosotros. Toda esta reflexión nace en mi a raíz de un pensamiento en el ámbito de las relaciones humanas. Pensaba en la forma en que interactuamos con nuestro entorno mas allegado. Me refiero a las personas que importan. Básicamente puntualizo eso, porque enfrascarme ahora en las interacciones posibles entre todas las personas que se cruzan en nuestra vida , sería algo que escaparía de mis posibilidades, de vuestro tiempo y del sentir que me llevó a escribir esto.
Así que acotado el terreno, procederé con mi reflexión.
Pensaba lo importante de esforzarse en optimizar nuestras relaciones, las mas cercanas o sustanciales para la estabilidad de cada uno. Familiares, parejas, amantes y amigos ocupan una parte importante de nuestro espacio vital, bien sea con su presencia, o su espacio entre nuestros pensamientos o quizás por la convivencia, deseada o no. Forman parte de nuestra experiencia de vida. Y en función de nuestra relación con ellos se verá condicionada irremediablemente, de manera positiva o negativa, nuestra forma de disfrutar de nuestra existencia. Esto es serio señoras y señores, no es moco de pavo. Significa que una parte de nuestra vida que no controlamos (pues no se debe controlar ni a familiares, parejas o amigos, eh?) es responsable de la forma en que nuestra vida sucede. Ey! Merece atención esto. Porque cuanto mejor sean nuestras relaciones mejor serán las expectativas de que el resto de nuestra vida en su conjunto sea mejor. ¿Y quien no quiere eso? Y dejando las reencarnaciones de lado, si tenemos el regalo de la existencia ¿Cómo no intentar vivirla de la mejor manera posible? Bien, llegados aquí deberíamos hablar de conveniencias, necesidades, preferencias, entre otras áreas mas, pues son partes importantes del proceso evolutivo y de adaptación al medio que todos experimentamos.
Cuando nacemos, nuestros padres o cuidadores procuran darnos aquello que mas nos conviene, cubrir nuestras necesidades, descubrir nuestras preferencias y tantas y tan variadas cosas más. Se nos cría en cunas con barrotes, porque es conveniente para nosotros por si nos girarnos no caernos al suelo, o más adelante escapar a gatas a media noche a la cama de los padres. Nos cambian los pañales y nos ponen polvos de talco, nos abrigan y alimentan, todo debido a nuestra incapacidad para comunicarnos, sumada a la imposibilidad de hacerlo por nosotros mismos.
Pero luego crecemos, y nuestra personalidad va destilando apuntes de lo que serán nuestras preferencias, nuestras necesidades y nuestras conveniencias futuras, que obviamente en unos se desarrollarán a mas o menos, transformándose bajo el vuelo de los condicionamientos, bien sean familiares y/o culturales, eso sin contar con los políticos, deportivos , publicitarios e infinidad as, a los que nos vemos sujetos a lo largo de la vida.
Y llega ese momento en el que uno ya es adulto, o lo empieza a paladear, y se da cuenta que las necesidades y conveniencias que cubría la familia empiezan a ceder espacio a las relaciones que giran en torno a si mismos, sus amigos, sus amistades , sus ligues o compañeros de trabajo, sin dejar de lado a la familia, en unos casos o si en otros, según cada persona y la suma de sus experiencias vividas en su núcleo familiar.


Si el extremo fuera el negativo en esas nuevas relaciones durante mucho tiempo, un persona normal se vería sometida a un gran estrés, dedicaría parte de su energía mental en preguntarse el por qué todo le va como va, en como es que nadie le entiende, en justificar su soledad con el argumento de la incomprensión. Pero ese tiempo invertido, esos momentos que ademas de amargos nos dejan marca, ¿son momentos que reflejan la forma en que un día proyectamos vivir la vida? Creo que no, que de niño nadie se visualizó en el futuro estando amargado, sintiéndose rechazado por los demás, abocado a una soledad auto-impuesta que en muchos casos termina siendo amante, confidente y compañera. Claro que esto sería en el extremo negativo. Y aunque podría ahora entretenerme en pintar el halagüeño boceto del extremo positivo, no lo haré. Pero si dejaré claro que a lo largo de la vida se va de uno a otro extremo, solo que unos lo hacen con distinta frecuencia e intensidad que otros. Pero ¡Ay del inmutable! se quedó atorado en el tiempo como los hombres de traje gris de la obra de Ende,Momo.

Pero dejaré de lado los distintos escenarios posibles y así cada uno se sienta cómodo sin importar el que le tocó vivir. Lo importante es el ahora, no el ayer, que siendo importante, no lo es más que el instante presente, pues desde él puedes llegar a cualquier mañana que puedas imaginar. Si, lo admito, es una afirmación muy pretenciosa, pero creo firmemente en que así puede llegar a ser. Y digo puede, porque aquí no hay reglas de tres ni recetas infalibles. Tratemos el ahora como un elemento ajeno a nosotros, imaginémoslo como un tiempo no influenciado por nuestras limitaciones ni empañado por nuestros errores , ni ensalzado por nuestros logros, ni reconocido por nuestro entorno. Algo puro, renovado continuamente, para que nunca falte un solo instante para alguien que deseé transformar su vida en ese momento. Subirse a un momento. Vacío, sin importar lo que se fue, sin importar lo que se sabe, lo que se tiene, y ser uno con ese momento de tu vida. Y dejar que de alguna manera te transforme en base a tu potencialidad y no en base a tu historia o tu bagaje. Unos dirán , Que bien suena! Otros dirán, Bah! Bonito, pero una quimera. Y ambos tendrían razón a medias, ni es tan bonito como parece ni irrealizable hasta el punto de no valer la pena intentarlo. Vale la pena, es una forma diferente de experimentar la vida, pero también requiere mucha voluntad. Voluntad para no sucumbir a la atracción que ejerce la antigua forma de entender la vida, voluntad para no ceder al engaño de que no existió nuestro pasado y que no tenemos parte ni responsabilidad con él, voluntad para no dejarse llevar por la sensación de poseer poderes extraordinarios al margen del curso de la realidad. ¡Esto no es una reflexión sobre humanos trasformándose en super héroes! ¡No es una carta blanca para repetir la suma de nuestros errores como si jamás los hubiésemos cometido! ¡No es un llamamiento a despertar de ningún Matrix! Es simplemente una reflexión de alguien que durante muchos años a saboreado la soledad buscada y sufrido la impuesta, alguien que ha abrazado creencias inamovibles al tiempo que logrado soltar los amarres de ignorancia que le unían al muelle de la inconsciencia.


Se puede lograr convertir esos espacios de tiempo negativo, empañante, distractor y frustrante de nuestra energía mental, en una espacio nuevo donde cultivar otra energía, más vivificante, renovadora, misteriosa y motivadora de lo que jamás hemos sentido la inmensa mayoría de la humanidad. No es cuestión de credos, ni de leyes, ni de sexos ni de poder. Es una cuestión de decisión, de profunda introspección, a fin de tratar de comprender qué de verdad nos conviene, qué necesitamos y qué es lo que preferimos tomar de la vida con todo su potencial y repercusión.
Ahora pienso en mi adolescencia, en mis primeros amores y en los de tantísimos otros como yo. Aquellos primeros meses o años según el caso, en el que todo era perfecto, idílico, romántico, lleno de señales y que el tiempo en mayor o menor medida, se encargaba de mostrar qué, a pesar de lo vivido, no se estaba hecho el uno para el otro y se produce la ruptura , o la separación. Otras veces comienza con un distanciamiento, un enfriamiento de la relación, porque se dejan de hacer cosas que se hacían, o se comienzan hacer otras nuevas que no causan precisamente pasión en la pareja. Parece que llega un momento en que se disipa la mágica niebla del amor ciego y quedan al descubierto áreas, que a pesar de haber estado siempre ahí, pasaron desapercibidas. Y en la búsqueda de parches, remiendos y otras formas de pasar página unos optan por el olvido, por la suplantación, por las nuevas sensaciones, hasta que , una de dos, terminé por dar con alguien que le es afín y complementario, o acabar renegando de sus emociones y relegando su necesidad de cariño al mero hecho de suplir sus necesidades fisiológicas con otros seres , probablemente, igual de frustrados o insatisfechos que él. Pero la mayoría de veces que una pareja termina es simplemente porque el amor de ambos no daba para más, aunque algunas veces terminan por falta de ganas de uno.Pero siendo sincero, creo que no es el hecho de la unión el que dé fe de una autentica relación. Los hay complacidos con sus relaciones los hay conformados y también resignados , amargados y hastiados, mas a muchos se les puede ver en la calle tomados de la mano, compartiendo el pan que le lazan a los patos o empujando un carrito de bebé.
Las apariencias engañan y nadie mejor que uno sabe como es su vida, sus relaciones y su forma de afrontarlas. Yo solo doy pinceladas de las mías, y trato de ver el collage de muchas otras que he vivido u observado de cerca. No es fácil en todo caso y pido disculpas si en algo me excedo o no trato algún tema con el tacto necesario. Quéjense a mi editor.;)


Todo esto en cuanto a las parejas, pero ¿y en cuanto a los amigos?
Eso ya es otro cantar, los amigos funcionan de forma diferente a las parejas, aunque una buena amistad de comienzo es el más firme aval para una sana y duradera relación de pareja. Las parejas se suplen necesidades como el cariño, el sexo, la confianza, la falta de sexo, el respeto y algo sexo , entre otras cosas más, parte de ellas sexuales. Si amigos, el sexo, no importa si mucho o poco, todos lo tenemos, bien con alguien o bien pensando en alguien. Y el que no lo haga pues que quiere que le diga, que cada palo aguante su vela. Es una necesidad fisiológica que tiene bajo su poder e influencia muchos sistemas de nuestra vida, sirve como instinto primario de perpetuación de la especie, de desahogo mental y físico, influye en el carácter, en las capacidades físicas, en la voz y el cutis, en fin, que no sólo es el hecho en si de la copula, sino de todo lo que rodea el ámbito mental, social y cultural del acto sexual en se y per se, como diría Pepe Rubianes.
Pero los amigos no "suelen" tener esos intercambios, en cambio, si proporcionan o deberían proporcionar, una fuente muy constante y fiable de cariño, aceptación, motivación, enseñanza, diversión y compañía a nuestra experiencia de vivir. Un amigo debería poder ser alguien digno de confianza, que jamás tratase de imponer su bienestar al tuyo en nombre de la amistad, que nos hicieran sentir aceptación, que nos ayudara en el proceso de ser mejores personas. Y aquí, llegados a este punto, es donde radica la necesidad de optimizar. Pues los amigos no son clones ni replicas, no han de pensar como nosotros, ni compartir los gustos, ni entender las cosas de igual manera que uno. Eso no se le puede pedir a un amigo sin tener en cuenta que cada uno es en sí un mundo. Que puede haber mucho en común, y aún así tarde o temprano se encontraran las diferencias. Y es llegadas a ese punto donde las amistades se fraguan y se hacen fuertes. Momentos de desencuentro, de fricción, de prueba también pueden ser propicios para el aprendizaje y la re-afirmación de las relaciones. En esos instantes en que el ego, o las circunstancias nos llevan a tener un desaire con un amigo, un enfado, un encontronazo o incluso una discusión. Y es en ese punto donde se marcará la diferencia entre quienes hayan optimizado sus recursos en torno a sus amigos y los que no. Los primeros pronto encontrarán cauces que lleven a la creación de renovados marcos para la relación, descubriendo otros puntos en común, aceptarán el criterio ajeno en aquellas partes que sea posible y respetará aquellas otras en las que no esté de acuerdo. Con ello lograrán hacer que su relación se torne indivisible ante el paso del tiempo y las circunstancias.
Los que no, en cambio, verán su relación dañada, sufrirán en balde y si no logran poner remedio a tiempo, pueden pasar a sentir esa relación como ajena o perdida y llegar el enfado interior o la rabia por no tener ya aquella amistad tan bonita. Pudiendo, en el peor de los casos, verse irremediablemente dañada la relación para siempre. ¿Que triste no? No se si lo habréis vivido, pero es tremendamente duro y descorazonador. Tanto o más como lo puede llegar a ser una bonita relación de pareja que termina rota.
Por eso, tomar conciencia de nuestras relaciones, tratar de poner en su lugar y en su correcta relación nuestras necesidades, conveniencias y preferencias con las de aquellos que nos importan. Usando la asertividad, la confianza, el dialogo, como vehículos de cohesión y comprensión, dejando a un lado las pataletas, los histrionismos, la manipulación emocional, el chantaje de favores y arremangándose para ponerse manos a la obra en el noble arte de optimizar nuestras relaciones. Pues no olvidemos que de ellas dependerá en gran parte el computo total de satisfacciones o frustraciones que jalonarán nuestra experiencia vital.


Que ustedes se optimicen bien.


Reflexiones personales compartidas sin animo de enseñar ni de sentar cátedra.Sencillamente tratando de plasmar en el vehículo de las palabras el sentir de un corazón entre tantos.

Víctor de Tola.

Publicado originalmente en abril del 2010
por Percepciones de la Realidad.

Derechos registrados.
Safe Creative #1104189003285

Fotos tomadas de:
http://www.blogodisea.com/
http://mediateca.educa.madrid.org/
Banco de imágenes del CNICE
http://catalaneta.espacioblog.com/
http://bomberoesmipasion.blogspot.com/

No hay comentarios: