Seamos auténticos, te desafío, tú y yo seremos dos valientes en este instante. Pioneros quizás, que importa, tan solo es relevante el coraje que nos hará que seamos instante. Traspasa el lenguaje, no mires queriendo ver letras, yo no te escribo pensando en las teclas. Te hablo como le hablaría a un amig@, ¿Quieres ser mi amig@ por este instante? Yo no te traicionaré, sé lo que es que te lo hagan. Te concedo este instante de mi confianza más eterna. Tampoco te alabaré ni me ahorraré un tirón de orejas si veo que no confías en ti.
Yo creo que podemos, me refiero a trascender la letra, a percibir el silencio que rodea al ruido de la vida. Es quizás una sensación en la zona de tu ombligo, un tintineo que sin palabras te dice, me importas, o quizás una confusión extraña que parece quererte llevar lo que inicia el proceso. Yo sé que estás ahí…mas allá de tus ojos, pues eres tú y no ellos los que sustentan tu mirada. Y esa mirada no engaña. No puede engañar, se engaña el que quiere ser engañado, pero tu sabes que la mirada te/nos delata. Sostén siempre tu mirada, si me permites el consejo, aunque no debería darlo. Pero es importante. Para mí lo es, no te pido que me creas, te pido que lo experimentes. Busca a alguien un día de estos, uno de esos amigos o personas de confianza en tu vida. Dile que te apetece quedar, charlar. Y llegado el encuentro, recuerda sostener tu mirada con toda tu alma, no es cuestión de mirar fijamente sino abiertamente. Trata de ver en la mirada del otro tu propia mirada, sincera, sencilla, soñadora, buscadora, trata también de mirarte con la mirada del otro. Y deja hablar a tu corazón, muéstrate vulnerable ante tu amigo/a, baja tus defensas, agradece lo que recibes de esa persona, siente, vibra, disfruta. Quizás al principio se extrañe, pero lo que su mente no entiende, lo entenderá sus ser, y cuando vea tu valentía al exponerte, al mirar de frente al instante y dejar de aparentar ser esto o aquello, para ser emoción, ser sentimiento, ser mirada , para traer luz (tu luz) a ese momento y recibir la luz del otro como si de la tuya se tratase.
Si tu lo intentas yo lo intento, y si de algo estoy convencido, es que ambos llegaremos donde nos propongamos , como canta Rosana, cuando vayamos más allá del intento.
¿Te animas? Me animo!
Gracias por tu compañía, por tu mirada, por tu confianza (sobre todo por confiar en ti) y por este instante de amistad sin mascaras, tratando de traspasar a base de cariño la tan frecuente frialdad de la letra.
Un abrazo transvirtual.
Foto de: Luis Carlos Yoal.
Tomada de Apartadó Positivo
1 comentario:
Que puedo decir si ahora no te puedo mirar, aunque sabemos que desde el mirar liberemos el alma.
Amigo del alma, gracias por hacerme creer en mí!
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