
Conducía nervioso y rápido, había sido un día complicado en la oficina. Nada parecía querer salir a derechas en aquel maldito día gris y encima en casa le esperaba su esposa, con la que había tenido una discusión la noche anterior, nada serio, pero hoy era uno de esos días que el mas mínimo desencuentro podía devenir en discusión por ambas partes. Para mas inri llovía intensamente y tenía la sensación de que todos los demás conductores iban pisando huevos. De repente el coche se le caló estando parado en un semáforo,trataba de arrancarlo pero no lo lograba y empezaba a perder los nervios de nuevo. Un coche comenzó a pitar desde atrás y él estalló en gritos dentro del habitáculo del vehículo, lanzando improperios al aire a modo de desahogo, ante la impotencia de ver que nada salia como debía.
De repente alguien llamó a la ventanilla empañada, él bajó el cristal exaltado y dijo en todo apabullante ¡Qué! ¡¿Es qué no ve que no arranca?!
Justo acabó de decir eso, cuando algo en su interior le mostró de una manera indescriptible que se había equivocado plenamente.
Allí bajo la lluvia, había un hombre corpulento y alto, con la capucha de su chaqueta como único resguardo del aguacero.
No habría sabido describir su rostro, era extraño y a la vez familiar, común pero único, sus ojos se adivinaban llenos de una luz tenue pero inagotable, era pura ambigüedad.
Aquel hombre le contestó unicamente estas palabras.
Lo sé, ahora empujaré el vehículo, suelta el embrague con la segunda metida cuando notes que va ganando el coche en velocidad y arranca.
No le dio tiempo a decir nada, pues el extraño desconocido se había ya situado en la parte trasera.
Nunca había tratado de arrancar el coche así, las palabras concisas de aquel alma caritativa habían resultado ser vitales ya que ayudaron a concentrarse exactamente en lo que se esperara que debía hacer.
Estaba consternado por como había reaccionado hacía unos instantes, y más aún, porque estaba a punto de ser sacado de un apuro por un autentico desconocido que se llevaría una pésima imagen de su persona. Él no era así, se justificaba en su pensamiento, solo tenia un mal día, la mujer, el trabajo, el tiempo, la avería, todo había conspirado para sacarle de sus casillas. Pensaba en esto mientras el coche lenta pero progresivamente iba ganando velocidad, tiene buenas piernas, pensó mientras imaginaba los motivos que podrían llevar a un extraño a ayudar de esa manera a otro, en principio, a cambio de nada.
Metió la segunda marcha cuando creyó oportuno y el coche arrancó tras un par de tirones. Avanzó unos metros hasta parar bajo la estructura de un puente. Viéndose resguardado de la lluvia bajó del vehículo para saludar a su desinteresado auxiliador, que se acercaba sin mostrar un solo signo de cansancio por el esfuerzo realizado. Se quitó la capucha y tendió su mano mientras le dijo. Buenas noches estresado conductor.
No sonaron a sus oídos nada mal aquellas palabras, ni a mofa, ni reproche, ni nada adverso había en aquel tono, todo lo contrario, y eso fue lo que le extraño aún mas. Fue como si un amigo de toda la vida le hiciera un comentario cómplice.
Te agradezco profundamente lo que has hecho, no se que habría hecho en esta calle tan poco transitada con esta lluvia y de noche.
Bueno no hace falta que me lo agradezcas tanto, porque no lo he hecho a cambio de nada, espero recibir algo de ti.
Aunque las palabras sonaban mal, su entonación de nuevo confundió a nuestro amigo, pues no sintió ni temor ni sorpresa, tan solo permanecía como expectante a lo que fuera que la vida le deparase a través de aquel ser que tenia delante.
¿Que te puedo ofrecer a cambio de tu ayuda? le dijo.
Que te mojes estaría bien , fue su respuesta.
¿Perdona? No te entendí bien.
Si entendiste.Quiero saber si estarías dispuesto a mojarte por mi de la misma manera que yo me he mojado bajo la lluvia por ti.
Tras unos instantes de vacilar, sin saber porque respondió un confiado Si.
Entonces aquel desconocido extraño abrió sus brazos y le dijo, entonces,aunque te mojes, ¿me das un abrazo?
No supo que fue lo que recorrió su cuerpo en ese momento, pero mientras abría sus brazos y estrechaba a aquel ser humano del que no conocía ni su nombre, pudo sentir un calor como nunca había sentido, puro confort, sensación de hogar, de sentido, y creyó notar como toda su rabia se disipaba y su frustración se convertía en comprensión.
No supo jamás cuanto duró aquel Abrazo, ni por que aquel desconocido desapareció caminando bajo la lluvia tras él, sin dar pie a nada mas.
De camino a casa todo era confuso y a la vez sentía paz, aquel abrazo, nuestro amigo, lo habría calificado de medicinal. Estaba tan bien que ni tan siquiera se elteró al apercibirse de que tenia la ropa completamente seca. Aquella persona estaba calada hasta los huesos y su ropa en cambio tras el abrazo estaba seca,¿como podía ser? Decidió no pensar más.
Llegó a su casa y miró a los ojos de su mujer.Ella enmudeció como aguardando, hacia horas que se preguntaba si hoy llegaría su marido con animo y ganas de darle la compañía y el cariño que tanto había necesitado todo aquel deslucido día.
No se dijeron nada, él la tomo de la mano y la guió hasta el sofá, se sentaron y la envolvió entre sus brazos toda la noche mientras acariciaba su pelo, pensando en el poder de un abrazo. Mientras ella, se preguntaba extasiada si quizás su marido se había cruzado con un ángel al regresar del trabajo. No pudo contener una risa suave ante esa idea, él la pellizcó suavemente la mejilla mientras un suspiro de ambos se mezclaba con la vida.
Sea como fuese, ambos se fundieron aquella noche en un mismo sueño, mecidos entre el abrazo silencioso que a veces nos da la vida cuando parece que la piel ya solo entiende de heridas.
Víctor Paris.
http://www.youtube.com/watch?v=i1xnVDiV9xE
Imagen tomada del blog
ALAS DEL ALMA*Elhiren*
http://elhiren.wordpress.com/2009/07/
1 comentario:
Una narración estupenda, Víctor. De hecho, te puede haber gustado más o menos, te puede haber atrapado como las mejores o no haberlo hecho... pero de lo que estoy seguro es de que nadie puede quedar indiferente a las emociones que genera. Tan chocante emocionalmente como para el protagonista. Felicidades y gracias por compartirlo con los lectores y lectoras.
Un abrazo.
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